Gustos y sabores. Lo que dicen los autores sobre la lectura y los niños (y no tan niños)

c. A partir de los cuatro años, señala Benda A. et al. (2006:142-143), ya están en condiciones de leer las imágenes mientras se les narran las historias. Los libros ya tienen más páginas, más texto, con protagonistas infantiles. También a los pequeñas de esta edad les atraen las fábulas, las historias con humor, equivocaciones y absurdos. Aquí, la familia puede ofrecerles libros para que los niños lean (algo más que imágenes) solos, narrarles cuentos, invitarlos a involucrarse en la historia, proponerles que anticipen el final.

Burns S, P. Griffin y C. Snow (2000:61), para esta franja de edad presenta el siguiente listado de logros entre los tres y cuatro años que consideramos importante que se conozcan para la formación de lectores.

Logros entre los tres y cuatro años

Reconoce la información impresa de su entorno

Sabe que lo que se lee en los cuentos son letras.

Entiende que se utilizan diferentes tipos de textos según la función de lo que se escribe (por ejemplo, una lista de compras es diferente de la lista de platillos de un menú).

Presta atención a sonidos repetidos y separables en el lenguaje.

– Reacciona ante algunas secuencias de los sucesos narrados en un relato.

–Muestra interés por los libros y por la lectura.

– Cuando se lee un cuento, relaciona la información y los sucesos que ahí se narran con sus experiencias personales.

–Sus preguntas y comentarios demuestran que está entendiendo el significado literal del relato.

e. A partir de los siete a nueve años, señala Benda A. et al. (2006:143), los niños leen para ejercitar la fantasía. Es el momento en que se viven otra/s vida/s paralelamente. Por eso, a veces los maestros o padres se preocupan porque los chicos de esta edad no leen (lo que ellos les proponen) o parecen no escuchar. Pero en realidad leen y viven en otros personajes. Así, mientras el adulto habla, el niño está en países lejanos o preparándose para una nueva aventura. También hace esto cuando está frente al televisor, y al preguntársele por uno de los personajes que están en la pantalla, ellos cuentan lo que está pasando en su propia historia, y no les preocupa que no coincidan. En esta etapa, sugiere Benda A. et al. (2006:143), que la familia le ofrezca material, favorezca espacios para los libros y la lectura y le proponga que intercambien libros con sus amigos.

f. A los diez años, este tiempo de mundos fantásticos con auténtico realismo tiene su cumbre en los diez años. El niño no necesita explicarse qué es un mundo imaginario ni hacer ninguna relación con el mundo sensible.

g. El niño de once años (aproximadamente) busca aventuras y hechos con cierta lógica y realismo. La leyenda, especie de puente entre el mundo de la fantasía y el de sus objetos cercanos, es un tipo de texto apropiado para esta edad. Puede aplicar su necesidad de causa y consecuencia y satisfacer su deseo de información de cierta utilidad. En esta edad la explicación se va tornando más racional.

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